No todos los demonios viven en las sombras. Algunos caminan entre nosotros, encerrados dentro de cuerpos marcados por un destino que jamás eligieron. Los Jinchūrikis no fueron elegidos por virtud… sino condenados por utilidad.

Niños convertidos en armas. Contenedores vivientes usados para controlar bestias que los odiaban tanto como el mundo que los rodeaba. La gente los temía, los usaba… y luego los olvidaba. Sus vidas no fueron de gloria, sino de aislamiento, de gritos internos, de batallas silenciosas en sus propias almas.

Desde aldeas que sacrificaron su humanidad por poder, hasta clanes que usaron a sus propios miembros como escudos de carne, cada historia aquí es una herida abierta. Algunos Jinchūrikis intentaron amar… otros solo aprendieron a odiar. Pero todos… todos fueron piezas de un juego cruel.

Sellados, vigilados, traicionados. Ninguno pidió la bestia que los habitaba. Y sin embargo, su existencia cambió el mundo shinobi para siempre.

Esta no es solo una colección de nombres. Es un cementerio emocional. Es el testimonio de aquellos que cargaron con el peso de un odio ancestral… y aún así, siguieron caminando.

¿Tienes el valor de abrir las jaulas que contienen a los verdaderos monstruos del pasado?