🔥 BLUE B 🔥
¿Qué queda cuando un monstruo se devora al hombre… y el mundo finge que nunca existió?

Antes de Killer Bee hubo otro… pero nadie recuerda su nombre. Solo quedó un apodo: Blue B. Un eco perdido entre los susurros del Gyūki, el Hachibi indomable. Fue jinchūriki, sí… pero nunca fue héroe. Fue un experimento. Una advertencia. Una tragedia.
Blue B no fue elegido por fuerza o linaje. Fue seleccionado por descarte. Uno más en la larga lista de víctimas de Kumogakure, la aldea que trató a sus portadores como herramientas de guerra. Desde niño le dijeron que su deber era contener a la bestia, soportar el dolor y morir si era necesario. Y Blue B lo hizo. A su manera. En silencio. Sin gloria.
El Gyūki nunca aceptó su prisión. Rechinaba dentro de su carne, rugía en su mente. Lo mantenían aislado en las montañas, lejos de los ojos del mundo, como una plaga esperando brotar. Su piel se volvió gris, su alma oscura. La soledad lo devoró. Las cadenas del sello se debilitaban… y el monstruo empujaba.
Un día, simplemente se quebró. El Hachibi tomó el control. O tal vez Blue B se lo entregó, cansado de luchar solo contra el abismo. Atacó su propia aldea. Mató a quienes lo entrenaron, a quienes lo sellaron. La bestia rugía, pero en sus ojos… seguían estando las lágrimas de un hombre olvidado.
Cuando finalmente lo detuvieron, no lo enterraron como a un héroe. Lo sellaron como a un demonio. Lo borraron de los registros. Quemaron sus notas. Nadie debía saber que antes de Killer Bee, hubo alguien más. Alguien que no lo logró. Alguien que falló.
Pero los susurros quedaron. Los ancianos aún tiemblan al escuchar una risa lejana, grave, que resuena en las noches sin luna. Dicen que es Blue B, riendo desde el vacío. No por alegría… sino por venganza. Porque incluso en la muerte, su historia duele más que la de los vivos.
Blue B no fue un símbolo de esperanza. Fue la prueba de que no todos los portadores están destinados a triunfar. Algunos solo existen para recordarnos lo que pasa cuando se pone una bestia dentro de un alma rota.
Blue B no perdió contra el Hachibi. Perdió contra Kumogakure. Fue un alma rota, moldeada por el desprecio de su aldea. No murió por ser débil. Murió porque lo hicieron pelear solo… contra un dios. Y en su derrota, dejó el mensaje más peligroso de todos:
El verdadero monstruo… fue el silencio.
🔥 Difunde el grito de quien nunca fue escuchado. 🔥
↑