⚡ Raiga Kurosuki ⚡
¿Qué trueno anuncia tu fin cuando la Niebla Sangrienta se alza?

En los días más turbulentos de Kirigakure, las nubes no solo presagiaban lluvia… presagiaban muerte. Raiga Kurosuki, uno de los Siete Espadachines de la Niebla, era la tormenta personificada. Empuñando las legendarias espadas Kiba —filosas como rayos— surcaba el campo de batalla con una velocidad tan descomunal que sus enemigos apenas veían destellos antes de caer fulminados.
No buscaba el duelo. Buscaba el caos. Cada tajo era un plano de destrucción, cada crujido de metal y carne una nota en su sinfonía de relámpagos. Se decía que entrenaba bajo rayos reales, desafiando a los dioses del trueno para perfeccionar su reflejo. En su mente, el furor del clima era aliado: la niebla se cargaba de electricidad y los truenos golpeaban al unísono de sus golpes.
Raiga no mataba por venganza ni por gloria. Matar era su rito, destruir su credo. Nadie se atrevía a bloquear sus Kiba: las guardias quedaban hechas astillas, los escudos chispeaban y se partían bajo su furia. Los compañeros más valientes en susurros lo llamaban “la tormenta que camina”, y los más sabios cruzaban de acera al verlo aparecer.
Su traición marcó un hito oscuro. Exiliado por desatar un vendaval contra sus propios aliados, abandonó la aldea con un estruendo final: un relámpago que partió en dos el portón de Kirigakure. Desde entonces, se cuenta que cada trueno lejano lleva su firma y que quien lo siga… pronto será un cadáver en la bruma.
Raiga entrenó para canalizar relámpagos, pero descubrió que su propio enojo era la chispa más mortal. Cada vez que su ira crecía, la tormenta se encendía… y los truenos recibían su pulso. Su poder no venía de la naturaleza, sino de la ira incrustada en su corazón.
⚡ Difunde la historia prohibida del RELÁMPAGO SANGRIENTO. Ni la tormenta sobrevive a sus espadas. ⚡
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